Fotos de los niños: 10 consejos para hacerlas más bonitas
Descubre diez consejos fáciles de aplicar para conseguir hacer fotos bonitas a los niños. Cómo conseguir que las fotos de tus hijos sean preciosas y emotivas,
Si deseas hacer fotos bonitas de tus hijos no hace falta más que captarlos mientras juegan o se divierten. Seguramente por el simple hecho de aparecer ya serán imágenes preciosas, pero lo cierto es que existen además varios trucos que nos van a permitir hacer que nuestras fotos de los niños sean las más bonitas de todas.
Fotos para niños, 10 consejos para hacerlas más bonitas
Puede que con una buena cámara de fotos, o un smartphone que tenga buenas lentes pienses que vas a hacer grandes fotos de los niños, pero lo cierto es que al margen del material, puede guiarte por estos diez consejos para conseguir las mejores fotos de tus hijos.
Mide bien la distancia
Para obtener una buena foto, seguramente la toma es uno de los primeros aspectos en los que enfocarse. Es importante no acercarse demasiado al niño porque correrías el riesgo de deformar la imagen. Pero tampoco es bueno colocarse demasiado lejos, el zoom siempre debe usarse con moderación. Por supuesto, mucho depende de la óptica, para un retrato, lo ideal es la lente clásica de 50 mm, bastante común incluso en cámaras compactas digitales, o 60 mm, máximo 80 mm (con zoom).
¡Fuera las cortinas!
Si tienes docenas de fotos oscuras, donde apenas puedes reconocer a tu hijo, has olvidado una cosa esencial: no hay fotos hermosas tomadas en la oscuridad. Por lo tanto, debemos preferir lugares con mucha luz. En casa, recuerda abrir las cortinas (mejor incluso las ventanas) para dejar entrar la mayor cantidad de luz posible o encender todo lo que esté disponible: lámparas o focos.
Nunca de pie
Parece trivial, pero la posición en la que haces la foto es fundamental. En el caso de las fotos de un niño, la lente siempre debe estar a la altura de los ojos para que la imagen no se deforme. Absolutamente para evitar los disparos de arriba hacia abajo basta con agacharse o simplemente ponerse de rodillas. Entre otras cosas, cuando estás al nivel del pequeño, la foto parece más cautivadora y natural porque involucra mejor al sujeto inquieto.
No exageres.
Una buena regla es acercarse al niño, de lo contrario existe el riesgo de que incluso elementos desagradables como el poste de luz, el cubo de basura o la lavadora puedan «entrar» en la foto. En otras palabras, no quieras mostrar demasiados elementos en la foto. Céntrate en el niño y no en lo que le rodea, tanto para interiores com para exteriores.
Haz ráfaga
Una ventaja de lo digital es precisamente la posibilidad de disparar indefinidamente en el efecto ráfaga. No pienses que un par de disparos son suficientes para lograr un buen resultado, especialmente con niños muy pequeños. Ármate, por lo tanto, con paciencia y toma muchas fotos: incluso los profesionales toman al menos cien fotos para elegir las mejores fotos.
No te olvides del flash
Ahora todas las cámaras tienen un flash incorporado de modo que no lo dudes y úsalo. El flash permite mitigar el efecto feo de las sombras típicas que a menudo aparecen en la cara. Y es útil usar el flash para eliminar este inconveniente incluso cuando hace sol.
Sin lujos
En casa (pero también en el exterior) es posible que desee elegir un fondo: no hay problema, pero debe ser simple. De lo contrario, el fondo «robará» el momento del niño.
Haz la foto quieto
Los niños se mueven (casi) continuamente, pero tú en cambio debes aguantar con firmeza, no temblar y, en algunos casos, contener la respiración. Incluso si tu cámara está equipada con un estabilizador de imagen, el efecto de desenfoque siempre está al acecho. Si es muy difícil para ti, coloca la cámara sobre un trípode o un soporte improvisado (una mesa, una pared, una pila de libros) y espera el momento adecuado para hacer la foto. Un posible atajo es el modo automático «Niños y animales» (diseñado precisamente para estos sujetos que nunca se quedan quietos), ahora presente en todos los modelos del mercado.
Olvídate de las poses
Nunca obligues al niño a mirar a la cámara o no le digas «Mírame» o «Sonríe», ya que lograrás que el niño no te haga caso y se ponga a hacer otra cosa. Debes capturar al niño en su esencia y en el caso de querer que te mire, haz que sea como un juego. Primero deja que él te haga una foto y luego tú le dices que ahora te toca hacérsela tú a él.
Haz fotos espontáneas
Si las medidas para «divertir» a tu hijo frente a la cámara fallan, no te desespere. Una excelente alternativa es inmortalizarlo en situaciones y contextos espontáneos y agradables. ¿Un ejemplo? Al comer helado o jugar en el parque. El único pequeño detalle para este tipo de foto (que casi siempre es bueno) es acostumbrarse a llevar siempre la cámara.
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